Espero que algún día te canses de mí, de buscarme, de acechar tras puertas entreabiertas, ya me canse de que te pegues a mí como una enfermedad, como una maldita urticaria, me estás haciendo perder tiempo, aunque en momentos se tornan divertido los juegos que inventas para entretenerme, ya me aburrí de todo ello.
Quisiera
que te ahogaras en tus propios deseos, y que me quites a mí las cadenas por las
cuales me estas arrastrando, te devuelvo todo lo demás, los garfios anclados a
la piel ya se oxidaron, atraviesa tus pies con ellos, a mi déjame sanar, no voy
a morir desangrado. Lo único que puedo hacer por ti es darte una manta, algo de
ropa y dejarte a la deriva, ve y busca playas donde puedas mirar el mar sin
querer teñirlo de rojo.
Deseo
que me olvides, que no tengas en mente nada de lo que hicimos, y solo te haga
feliz la contemplación del horizonte, que te quedes hay hasta que te
solidifiques y poco a poco te vuelvas polvo y seas parte de la arena de esa
playa que yo nunca podre visitar.
Empezare
a manejar solo, sin ti como copiloto, sin ti queriendo que suelte el volante,
sin ti pidiendo que aceleres. No entiendo como pretendes que yo sea un bufón,
si soy un esclavo de los detalles, no has notado que ya atravesaste demasiadas vísceras,
creo que es tiempo de que te quedes aquí ya no necesito tu maquillaje por más
tiempo.
Este
mundo no es tu laboratorio personal.
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